La muerte y resurrección de Jesucristo (la oración contemplativa)
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La introducción
La resurrección espiritual de la Iglesia comenzará a través de la renovación del celebración del día de la Resurrección – del Domingo.
Los cristianos tempranos tenían cuatro pilares espirituales fundamentales: el a) la enseñanza de los apóstoles, b) comunión (koinonía), c) oraciones comunes, d) la Eucaristía (véase Hech 2:42). Todos estos cuatro elementos tienen que ser realizados durante el día que es consagrado a Dios. No es suficiente sólo asistir a la Liturgia Divina (la eucaristía), pero los cristianos también tienen que reunir en pequeñas comunidades (células). Una vez más, el modelo para nosotros son los Apóstoles y cristianos tempranos. Ellos no sólo asistieron el templo, sino también se reunían en sus casas.
En este folleto proponemos los modelos de la celebración del día de la Resurrección (de todos los domingos), pero al principio presentamos la reflexión sobre el sufrimiento y muerte de nuestro Salvador y Señor.
Los medios para la renovación de la Iglesia
Los pilares básicos de la vida espiritual son:
1) la reflexión sobre las últimas cosas – muerte, juicio, eternidad;
2) la reflexión sobre el sufrimiento de Cristo, Su muerte y Su resurrección gloriosa.
Al comienzo del tercer milenio, la apostasía en masa del cristianismo alcanza su punto máximo. La teología histórico-crítica ha puesto en duda la Divinidad de Cristo, Su sacrificio redentor en la cruz, Su resurrección, e incluso la inspiración divina de la Sagrada Escritura. La declaración Nostra aetate y el gesto apóstato de Juan Pablo II en Asís en 1986, introdujeron al revés de la reverencia a Dios, la reverencia a los demonios y el paganismo. Esto llevó a la destrucción de la identidad cristiana y de la misión verdadera. El medio más poderoso de la demonización de la Iglesia es la obediencia a la jerarquía apóstata. Estos traidores están en la unidad del espíritu con los masones. Bajo la falsa obediencia, las masas de los creyentes católicos oficialmente siguen el camino a la condenación eterna.
En los años 2009-2010, el Sínodo de los Obispos de la Iglesia ortodoxa Griego-Católica Ucraniana (IOGCU) se dirigía a todos los jerarcas católicos con un llamamiento a confesar la verdadera fe y a renunciar a las herejías. Ellos no lo hicieron (con unas pocas excepciones) y en resultado han caído bajo la maldición de Dios. Los sacramentos que administran – ordenaciones sacerdotales, las Misas, las confesiones – ya no son válidos.
Como el Papa Benedicto XVI promulgó la beatificación blasfema del apóstata Juan Pablo II, de esta manera atrajo la anatema de Dios sobre sí mismo. De hecho, por este gesto promulgó la anatema póstumo contra Juan Pablo II. La beatificación fue una tragicomedia pública. A través de este gesto, ambos papas fueron públicamente excomulgados de la Iglesia.
Dios es el que lanza esta anatema. Ella sale de la Palabra de Dios. El apóstol Pablo dijo: “Mas aun si nosotros o un ángel del cielo os anunciare otro Evangelio del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora decimos otra vez: Si alguno os anunciare otro Evangelio del que habéis recibido, sea anatema.” (Gl 1:8-9)
Los sacerdotes y los creyentes sinceros preguntan: ¿Qué haremos? ¿Cómo vamos a orientarnos en este momento de confusión y traición extrema por parte de la jerarquía de la Iglesia? La Iglesia es una, santa, universal (católica) y apostólica. Estos signos de la ortodoxia de la Iglesia están en Cristo Jesús, en Su Evangelio, en la doctrina apostólica y en la Tradición de los Santos. Traidores y herejes que tienen el espíritu del anticristo, a pesar de que ocupan los cargos altos, ya no pertenecen a la Santa Iglesia. Bajo su gobierno ella se ha convertido en la ramera del anticristo. Los que se han alejado de Cristo y del Evangelio y obstinadamente no quieren arrepentirse serán condenados eternamente. No hay caminos alternativos a la salvación (véase: Hch 4:12).
A la pregunta de lo que debemos hacer siempre fue, es y será una sola respuesta por Dios: “¡Arrepentíos y creed en el evangelio!” (Mc 1:15) y no en la jerarquía apóstata de la Iglesia. ¿Cómo debemos arrepentirnos y cómo creer en el Evangelio? Tenemos que confesar nuestro propio pecado. Llamarlo por su nombre verdadero. Romper con él, así como con la herejía del método histórico-crítico y con el espíritu herético de Asís. Todo esto contradice a la doctrina ortodoxa de la Iglesia. Después de este paso es necesario recibir a Jesús por nuestro propio Salvador y Señor. Y luego debemos seguirLo de acuerdo con el Evangelio.
Ofrecemos aquí uno esquema espiritual de la renovación de los creyentes y de toda la Iglesia.
Este esquema contiene tres puntos:
1) la contemplación de la pasión del Señor;
2) la celebración del domingo;
3) las horas litúrgicas.
Hacia el punto 1) La contemplación de la pasión del Señor
Incluye la contemplación de la pasión en Getsemaní, la vía crucis y las siete últimas palabras de la cruz.
El tiempo óptimo para la contemplación: 20,00-21,00, así llamada hora santa.
El jueves 20,00-21,00 contemplamos:
a) Última Cena y Getsemaní,
b) Del Getsemaní al Gólgota,
c) La primera palabra de la cruz.
El viernes 20,00-21,00 contemplamos:
a) La segunda palabra de la cruz,
b) La tercera palabra de la cruz,
c) La cuarta palabra de la cruz.
El sábado 20,00-21,00 contemplamos:
a) La quinta palabra de la cruz,
b) La sexta palabra de la cruz,
c) La séptima palabra de la cruz.
Hacia el punto 2) Celebración del domingo
El sábado después de las 21,00 comienza la noche cuando vivimos la Resurrección de Cristo. No se sabe exactamente a qué hora ocurrió, y por lo tanto toda la noche es santa. Comenzamos con una hora de la contemplación de la Resurrección de Cristo:
a) la realidad de la Resurrección de Cristo,
b) la resurrección con Cristo de Su Madre,
c) la resurrección con Cristo de cada uno de nosotros.
Esta ora la contemplamos desde 21,30 hasta 22,30
Podemos orar la segunda hora, ya sea durante la noche o temprano por la mañana:
a) la aparición de los ángeles y remoción de la piedra,
b) el encuentro de Cristo resucitado con María Magdalena,
c) el encuentro de Cristo resucitado con las mujeres.
Tercera hora:
a) el encuentro de Cristo resucitado con Pedro,
b) el encuentro cerca del lago de Genesaret,
c) la Ascensión de Cristo al cielo.
Cuarta hora 08,00-09,00 – vivimos por la fe la realidad del envío del Espíritu Santo:
a) el bautismo por el Espíritu Santo,
b) el bautismo por el fuego,
c) petición por y recibimiento del don de la profecía.
Por la tarde o durante la hora santa 20,00-21,00 rezamos la quinta hora:
a) Emaús,
b) el encuentro con los apóstoles,
c) el encuentro con Tomás.
La reunión de la comunidad de los fieles se lleva a cabo el domingo por la tarde. De acuerdo con los Hechos de los Apóstoles 2:42 la reunión incluye:
a) una hora de la oración,
b) una hora de enseñanza – es decir, la hora de enseñanza apostólica,
c) una hora o más – el testimonio en la comunidad fraternal,
d) la Misa (una hora) – si no participaran en la Misa en otro tiempo.
Hacia el punto 3) Las horas litúrgicas
En la Iglesia era la tradición de que habían los intervalos regulares para los creyentes, y especialmente para los religiosos, en las cuales se detenían varias veces al día para rezar. Proponemos renovar esta tradición eclesiástica probada. En las horas: antes de dormir, cuando nos despertamos, a las 9,00; 12,00; 15,00; 18,00; 21,00 rezamos una breve oración de contrición perfecta y del amor perfecto. Al final de la oración repetímos un verso de la Sagrada Escritura, así llamada palabra de la vida. Este verso repetímos en la oración durante dos semanas. La Palabra de la vida para dos semanas se encuentra en nuestras páginas web: http://vkpatriarhat.org/es/?p=3041 .
“+ En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.”
“¡Effata!” (¡Ábrete!) “Yo soy arbitrario. Yo soy hedonista. Yo soy juez de los demás”.
“¡Marana tha!” (¡Ven, Señor!), “Jesús, Jesús, Jesús, ten piedad de mí pecador” (cinco veces a las cinco llagas de Cristo).
“¡Shema (Escucha), Israel, ame a Dios!”, “Jesús, mi Dios, Te amo con todo corazón, con toda alma y con todas las fuerzas. Ahora, pierdo mi alma por Ti y el Evangelio.”
Palabra de la vida (un versículo de la Sagrada Escritura se cambia cada 14 días, (la cita se repite tres veces)
(Resumen:) “Desde ahora hago todo + en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (3 veces).
Consejos prácticos:
• La oración debería ser dirigida por un líder. Este líder es responsable para la lectura de la introducción antes de cada tercio de oración, observe el tiempo de los intervalos y el ritmo de la oración en las segundas y terceras partes. Esto es necesario para que sea la unidad durante la oración y que los oradores no estorbarían unos a otros durante la oración.
• La lectura de la introducción es una fuerte motivación para penetrar en las verdades dadas. Por eso las introducciones deben ser leídas en voz alta y clara.
• En la última parte de los modelos de la Resurrección hay siempre una canción. Por eso es necesario que sea una persona responsable por el canto.
• Después de una o dos horas de la oración deben ser al menos 10-20 minutos para compartir el testimonio de la oración. El testimonio de la experiencia personal es un estímulo para los miembros de los grupos de oración.
• En cuanto a los debates en la comunidad fraternal – ellos proceden de la enseñanza apostólica y también se ocupan de los problemas que los cristianos enfrentan en el mundo de hoy, de cómo vivir verdaderamente con Cristo hoy, cómo renovar la vida familiar, cómo promover sólidos principios morales, cómo luchar contra la manipulación de los niños, contra la desmoralización, etc. Es necesario que los hombres de nuevo se hagan las cabezas de las familias y sean conscientes de su responsabilidad para la salvación de las almas que Dios les ha confiado a ellos.
• Porque los sacerdotes celebran la Misa en el séptimo día, no pueden celebrar el día de la Resurrección en pequeños grupos en la forma bíblica. Por lo tanto, tienen que elegir otro día (mejor el lunes), el cual se dedicará a la oración, la Palabra de Dios y la comunidad fraternal. Tenemos que señalar que sin la oración interior la comunidad de los sacerdotes será incapaz de crecimiento espiritual. Este folleto contiene los modelos de la oración interior – una oración del corazón.
Este modelo de la oración puede ser practicado también por los jóvenes, seminaristas, mujeres o niños.