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El PCB: El espíritu de la mentira, la fuente del mal, el bautismo y el antibautismo global mediante el ARN mensajero

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El diablo es un espíritu; no tiene cuerpo. Puede afectar directamente nuestra forma de pensar. Por ejemplo se está discutiendo un problema y de repente a alguien se le ocurre una inspiración «asombrosa» que influye en su pensamiento en ese momento. Pero descubre que para alcanzar la meta deseada, debe recurrir a una mentira seria, al engaño, a la maldad… Tal inspiración puede provenir directamente del espíritu de la mentira, o puede provenir de la fuente del mal en nosotros, que la Biblia llama «viejo hombre», pecado (original). Esta fuente afecta nuestra mente y nuestra voluntad. Es necesario saber que la fuente del mal en el hombre, junto con el espíritu de la mentira, es la causa principal de todo el mal en esta tierra, de todos los crímenes y guerras, odio, asesinatos, perversiones, etc.

Esta fuente de maldad no existía al principio en los primeros humanos, en la naturaleza humana. La infección espiritual del mal se obtuvo mediante un acto cometido por los primeros seres humanos. Anteriormente, eran muy inteligentes y tenían habilidades que perdieron después del pecado. Al creer al espíritu de la mentira, se conectaron espiritualmente con él, y la infección espiritual del mentiroso y el homicida entró en la naturaleza humana. La apostasía interior de Dios se manifestó entonces en un acto concreto. Cuando una persona sigue el camino del engaño y el crimen, apaga la voz de la conciencia y se convierte en un médium del espíritu de la mentira y el mal.

El diablo es un espíritu mucho más inteligente y perfecto que el hombre, pero su esencia es maligna. Lo llamamos el espíritu maligno, ángel de luz ―Lucifer― Satanás, el diablo. A lo largo de la historia de la humanidad, al igual que ahora, ha inculcado malas inspiraciones en los corazones de las personas, ha engañado a las naciones, incitado al odio, crímenes, asesinatos (incluso de niños no nacidos), iniciado tiranía, guerras, genocidio y toda la farsa coronavírica y climática. Siempre envuelve todo en términos positivos, es decir, presenta la mentira como verdad y el mal como bien. Jesús dijo de él que es un mentiroso, padre de mentira y homicida (Jn 8, 44). A menudo no actúa directamente, sino a través de la fuente del mal que trasplantó espiritualmente a la naturaleza humana con el primer pecado. En las pseudoreligiones, el diablo siempre ha requerido respeto, sumisión e incluso sacrificios humanos.

El espíritu del mal tiene sus médiums, que promueve a puestos clave del poder político o religioso, para que pueda actuar globalmente a través del abuso de autoridad. Es importante saber que Francisco Bergoglio es un papa inválido, porque predica las enseñanzas falsas que conducen a la autodestrucción del cristianismo.

La histeria coronavírica global ha desenmascarado completamente esta fuente de maldad, mentira y muerte, así como la tendencia a mentir y el odio por la verdad. La gente adora la «imagen de la bestia» ―la televisión y los principales medios de comunicación― y se por eso por lo que han creído mentiras y han recibido la peligrosa vacuna de ARN mensajero, ¡de la cual los expertos íntegros advierten enérgicamente! Pero ni siquiera los hechos convencerán a las personas engañadas. El que rechaza la verdad en la vida cotidiana también la rechazará cuando su vida esté en juego, tanto terrenal como eterna.

En nuestra naturaleza humana, aunque corrompida por la fuente del mal, existe un profundo anhelo por la verdad y la verdadera felicidad. Dios nos creó a Su imagen poniendo espíritu inmortal en la materia del cuerpo, lo que nos hace semejantes a Dios. Sólo en lo más íntimo de nuestro ser se separa el alma del espíritu (cf. Hb 4, 12). El espíritu humano es nuestro yo interior ―espiritual―. Influye en nuestra alma y mente especialmente a través de la conciencia. Nuestro espíritu es puro, anhela a Dios, de quien tiene su origen (Gn 2).

En el bautismo, el hombre recibe la vida divina y se convierte en un templo vivo de Dios: «¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios?» (1 Co 6, 19). «Habéis recibido el espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: “¡Abba, Padre!”. El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si en verdad padecemos con Él (Jesús) a fin de que también seamos glorificados con Él» (Rm 8, 15-17). Por el bautismo nos hemos unido profundamente a Jesucristo, nuestro Señor, al misterio de Su muerte y resurrección: «¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados (sumergidos) en Su muerte?» (Rm 6, 3). «Con él fuisteis sepultados (espiritualmente) en el bautismo, y en él fuisteis también resucitados por la fe en el poder de Dios…» (Col 2, 12). «Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba… Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto (al estilo de vida mundano), y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios» (Col 3, 1-3). Para vivir el misterio profundo del bautismo, hay que vivir por la fe que crece a través de la oración, la conversación con Dios, la lectura de la Palabra de Dios, la búsqueda y el amor de la verdad.

Hoy, sin embargo, el espíritu de la mentira en los medios de comunicación nos impone el antibautismo masivo, a través del cual quiere esclavizar y destruir a toda la humanidad. Esto sucede al recibir la vacuna de ARN mensajero. La vacuna contiene tejido arrancado de los bebés no nacidos que posteriormente fueron asesinados. Es un ritual de satanización, porque la sangre de estos niños cae sobre todos aquellos que han recibido la vacuna, y de este modo, debido a su conciencia embotada, han caído bajo el dominio de Satanás, que odia a Dios y al hombre.

¿Qué deben hacer los que han sido engañados? Solo hay un camino de salvación: ¡el arrepentimiento! No deben recibir más dosis de esas vacunas. Sin embargo, ciertas consecuencias negativas permanecerán, por lo que deben ser soportadas con paciencia como parte del arrepentimiento. Estas son enfermedades y sufrimiento como resultado de la vacunación, o incluso la muerte. Un elemento importante del arrepentimiento es reservar al menos una hora al día a la oración, preferiblemente un diezmo del tiempo, es decir, dos horas y media; los jubilados pueden más. «Todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo». Por lo tanto, invoca el nombre de Dios todos los días en una oración de arrepentimiento al menos antes de acostarte: «¡Jesús, Jesús, Jesús, ten piedad de mí, pecador!». Repítelo cinco veces, enfocando tus ojos espirituales en las cinco llagas mortales que Jesús sufrió cuando fue clavado en la cruz por ti.

 

+Elías

Patriarca del Patriarcado católico bizantino

+Metodio OSBMr           +Timoteo OSBMr

obispos secretarios

 

4 de noviembre de 2021

 

Descargar: El PCB: El espíritu de la mentira, la fuente del mal, el bautismo y el antibautismo global mediante el ARN mensajero (04-11-2021)

 

 

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