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El PCB: ¿Es necesario abolir el sistema de conferencias episcopales?

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En estos días en que se promueve la ideología de género, la Conferencia Episcopal de Alemania está introduciendo masivamente la bendición de las uniones sodomitas. La mayoría de las conferencias episcopales, en unión con el pseudopapa Bergoglio, promueven la inoculación con la vacuna de ARN mensajero fatalmente peligrosa, contra la cual los verdaderos expertos advierten urgentemente. ¿Por qué al menos una conferencia episcopal en el mundo no interviene con su palabra con el fin de la salvación de la Iglesia y un avivamiento moral? Ha resultado que el sistema de conferencias episcopales sofoca y mata la voz profética que se alce entre los obispos y en la Iglesia.

La verdadera Iglesia católica está basada en una estructura episcopal, no en una especie de federación de iglesias nacionales. El nivel nacional no es una dimensión eclesial. Importa que quede muy claro que ¡en cada diócesis no hay nada más que un pastor y maestro de la fe, en comunión con el verdadero Vicario de Cristo!

Los obispos no tienen la tarea de competir con los profesores de teología, pero tienen el deber de castigarlos si proclaman herejías. En cuanto al llamado enfoque científico, hay que saber que la fe resulta amenazada de muerte cada vez que la ciencia se erige a sí misma en norma absoluta.

San Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia, glorifica la verdadera sabiduría que adquirió principalmente a través de sus oraciones. Fue un hombre de oración desde muy joven. Rezaba de rodillas durante mucho tiempo todos los días. Por muy ocupado que estuviera, dedicaba fielmente una hora diaria a la oración interior. ¿Tiene la Iglesia de hoy obispos tan sabios y santos?

El sistema de conferencias episcopales es uno de los frutos envenenados del Concilio Vaticano II. Se trata de una forma de globalización que se puede comparar a la estructura política de la UE. Los estados individuales han cedido su soberanía y los políticos han abandonado su responsabilidad de defender los intereses de sus naciones. Los obispos han cedido su autoridad y responsabilidad en sus diócesis. La conferencia episcopal desatiende las cuestiones fundamentales y al mismo tiempo paraliza la responsabilidad de cada obispo diocesano. Su fruto es en detrimento de la Iglesia, y por ese motivo ¡deberían ser abolidas!

«Ay de los pastores… Vosotros habéis dispersado mis ovejas y las habéis ahuyentado, y no os habéis ocupado de ellas; he aquí, yo me ocuparé de vosotros por la maldad de vuestras obras, declara el Señor. … Si ellos (pastores) hubieran estado en Mi presencia y habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, les habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras» (Jr 23, 1-2; 18-22). ¿Están los obispos y sacerdotes de hoy en la presencia de su Señor como san Roberto Belarmino?

El 10 de abril de 2009, nosotros, los obispos católicos ortodoxos de Ucrania, escribimos una carta abierta al papa Benedicto XVI. Citamos de ella: «Su Santidad, de su diagnóstico de las conferencias episcopales nació la idea que ahora le presentamos con humildad: Dé espacio a una estructura paralela de obispos en cada nación. Estos obispos no tendrán a su cargo ninguna diócesis, sino únicamente la pureza de la fe y la moral en la nación concreta. ¿Qué tareas deberán afrontar? Velar por una formación ortodoxa de seminaristas y sacerdotes; ser responsables de la literatura cristiana (imprimatur); asegurar una apologética sana y reevangelización; ocuparse de la reforma y renovación de las órdenes e institutos religiosos. Estos obispos —profetas (Ef 2, 20)— tendrían entonces sus colaboradores en cada seminario, en cada instituto religioso y en cada decanato con el objetivo de renovar la Iglesia…».

Benedicto XVI no respondió a la propuesta de reforma. En lugar de ella, se vio forzado dos años más tarde a elevar a Juan Pablo II al altar de la Iglesia. Juan Pablo II dio espacio a la idolatría en Asís (1986) y cometió una gran apostasía. Se dice que solo implementó Nostra Aetate del Vaticano II. El estado de sede vacante no lo inició Bergoglio, sino ya Benedicto XVI, quien lo provocó mediante la beatificación falsa. Renunció dos años después. No abrió la puerta para que la Iglesia fuera reformada, sino deformada. Aunque criticó justamente el sistema de las llamadas conferencias episcopales, no tomó ninguna medida radical para remediarlo.

¿Qué es lo que más necesita la Iglesia hoy en día? Necesita una verdadera reforma: ¡el arrepentimiento! Necesita santos obispos, verdaderos seguidores de los apóstoles. ¡La Iglesia necesita hombres y mujeres de oración! ¡Así que empieza hoy mismo! ¡Haz una promesa a Dios de dedicar una hora diaria a la oración interior (Mt 26, 40)!

+Elías

Patriarca del Patriarcado católico bizantino

+Metodio OSBMr               +Timoteo OSBMr

obispos secretarios

 

28 de mayo de 2021

 

Descargar: El PCB: ¿Es necesario abolir el sistema de conferencias episcopales? (28-05-2021)

 

 

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